Como sabemos, nuestros trabajos están dirigidos a pulir nuestra piedra para construir un edificio al progreso y al perfeccionamiento de la humanidad y para ello utilizamos el método masónico, que consiste en el rito y el símbolo, el rito nos aísla del mundo profano, nos introduce en un universo particular para propiciar el desarrollo de los trabajos, nos aleja de lo cotidiano, de las maneras de comportamiento generales para prepararnos a la tarea de asumir los trabajos que tenemos encomendados, que se dan en dos direcciones una personal, de desarrollo, estudio y conocimiento y otra colectiva, de orden social para construir una sociedad mas justa, donde se trabaje por la felicidad, la libertad, el apoyo mutuo, etc. de la humanidad.
La simbología masónica responde o debe responder a lo comentado anteriormente, de manera que su interpretación ha de ser dirigida hacia estructuras del pensamiento que nos guíen en la resolución de los intereses que nos afectan como masones y que quedan dichos.
De esta manera, la piedra, que representa a cada persona y que es el material de construcción que mas se utilizo hasta hace poco, hoy día podríamos decir que somos ladrillos, es un símbolo de lo individual y lo colectivo, individual en lo que se refiere a trabajarla para pulirla y de lo colectivo en cuanto que con otra piedras se construye el edificio de la humanidad, pero tendremos que tener en cuenta donde construimos y como ya se dijo aquí, en una plancha sobre la dureza del material, no todas las piedras son iguales y saber con que materiales contamos, no es lo mismo construir en zonas de humedad y donde no hay piedra que en zonas secas y con suficientes canteras, de manera que emplearemos si el sitio es húmedo y con bosques, la madera y si el lugar es seco y con montes donde sacar la piedra, con esta, igual en la forma de encajar las piedras (nos referimos a ella como símbolo de todo material de construcción), que tipo de argamasa emplear para el mejor encaje y consistencia e igual para el tipo de construcción que queremos o es conveniente, no todo ha de ser con formas cúbicas, haremos el edificio que se requiera en cada momento, el edificio que nos resguarde con mayor comodidad y seguridad ante los avatares de la vida.
Resumiendo, el símbolo es una representación, en masonería hemos cogido unos símbolos para trabajar, pero los francmasones no somos dogmáticos y si bien es verdad que muchos de ellos provienen desde el principio de la masonería especulativa, allá por el siglo XVIII, son inventos que pueden o no corresponder con el mundo de los símbolos y las diferentes religiones, en la mayoría de los casos incorporando historias que no figuran en los escritos y que sin embargo se hace referencia a ellos como si fueran verdad, de manera que empleamos los símbolos sabiendo que son eso símbolos que pueden englobar realidades diferentes en épocas diferentes.
He dicho
Ángel F. Escobedo