El pasado sábado día 20, celebración del Solsticio, y como todos los años desde 2009 se votaron los Premios Progreso a la Labor Social en su séptima edición que recayeron en Ana Taboada, concejal de Somos Oviedo, y Periodismo Humano. Es posible que alguien considere que una Logia no debería meterse en política y que los reconocidos en esta ocasión son la máxima expresión de eso, nada menos que una concejala, y de una formación que viene a tratar de construir una manera diferente de entender las relaciones entre la ciudadanía y sus representantes, y un medio digital de comunicación empeñado en una defensa a ultranza de los Derecho Humanos.
Para tranquilidad de los bienpensantes he de decir que no es raro que la masonería haga política, la defensa del laicismo, del derecho a una muerte digna, la denuncia de la corrupción, la defensa de la primacía de lo público en sanidad o educación, la implicación activa en movimientos como «La declaración de Luarca»,y un larguísimo etcétera demuestran que la masonería está de manera permanente en la política, claro es que lo hace en el mejor sentido del término y absolutamente alejada del apoyo a posiciones partidistas como no podría ser de otra manera, dada la pluralidad de pensamiento de quienes nos afanamos en el trabajo de construcción en sus columnas.
Por otra parte y por lo que se refiere a las personas o entidades reconocidas en estos siete años de trayectoria de unos premios que pretenden ser diferentes, reconocer el trabajo de quien no suele ser socialmente reconocido, está claro que un repaso a la nómina de galardonados y galardonadas nos habla de dos cosas, el pluralismo y la condición de «outsiders» de prácticamente todas ellas y ellos. Incluso algunas de las instituciones han obtenido con posterioridad un importante resconocimiento social y pública a su labor, pienso por ejemplo en APRAMP, una entidad prácticamente desconocida más allá de los círculos de trabajo social en los que se mueve y que en la actualidad ve su trabajo reconocido frecuentemente, de lo que nos alegramos. O «La Madreña«, un colectivo que trató de mantener útil un edificio público vacío y que durante varios años consiguió contra viento y marea organizar actividades culturales y sociales, al margen del circuito oficial, con gran éxito y reconocimiento social y que sólo el empecinamiento de políticos miopes derribó juntamente con el edificio, convertido en solar sin la menor utilidad social.
Es cierto que Ana Taboada es una concejal, pero no se reconoce ésta circunstancia sino el que ella, y su grupo, hayan sabido poner por encima de sus legítimos intereses políticos como partido los de una ciudad que exigía una renovación del aire en su ayuntamiento. Veinticuatro años de un mismo partido político gobernando y más de veinte con el mismo alcalde son demasiados para la higiene democrática, sea del tinte que sea.
¿Hace política Periodismo Humano? Pues sinceramente pienso que también, pues la defensa de los DDHH es la mejor manera de hacer la mejor política y es así como la entendemos en nuestra logia.
Así, si alguien tilda estos premios de políticos habremos de convenir en que tiene razón, aunque si al mismo tiempo ese concepto quiere ser peyorativo habrá que decir que quien lo piense tiene una manera bastante miope de entender la política.