Las «Memorias del caballero Jacobo de Casanova de Seingalt».
Dice así:
«Ningún hombre conoce todos los secretos de la Masonería, pero muchos abrigan el propósito de descubrirlos… Sin embargo, los que se hacen masones con propósito de aprender sus secretos, pueden engañarse a si mismos, permaneciendo cincuenta años presidiendo una logia y no haber aprendido los secretos de la Fraternidad. Este secreto es invulnerable por naturaleza propia, pues el Masón que llega a conocerlo, sólo puede adivinarlo, no lo recibe en puridad de nadie: él lo ha descubierto porque ha estado en Logia atento, aprendiendo o internamente digiriendo. Cuando llega a él este descubrimiento, indudablemente lo guarda para si, no comunicándoselo ni a su más intimo hermano, porque, así como esta persona no ha sido capaz de descubrirlo por si misma, no será capaz de hacer uso de él si lo recibe verbalmente. Esta es la razón por la que siempre permanecerá secreto».