En nuestra ciudad, Oviedo, existe un espacio en el que se llevan a cabo todo tipo de actividades sociales, culturales, recreativas abiertas a toda la ciudadanía y en especial a las personas que residen en el barrio de Pumarín. La iniciativa -hija del 15M- partió de un grupo de personas que sin el menor interés personal (aparte imaginamos de la propia satisfacción por contribuir a un proyecto común, solidario, libre y abierto), y por sus características fue reconocida con el Premio Progreso a la labor social del año 2012. Estamos hablando del Centro Social Ocupado Autogestionado «La Madreña».
Ocuparon un edificio que era propiedad de la Junta General del Principado de Asturias, es decir de los asturianos, y que quedó desocupado por el traslado de las dependencias que en él se encontraban a una nueva ubicación, el complejo Calatrava, y cedidas en un extraño cambalache a la empresa constructora pública SEDES a cambio de los miles de metros adquiridos a los propietarios del mencionado complejo para que el Principado instalara allí sus oficinas. Como cualquier asturiano sabe, y quizás alguno de fuera también, el asunto del «calatrava» se encuentra enfrentado aun litigio entre la corporación ovetense y los adjudicatarios de la concesión, pero esa no es ahora lo que importa.
Lo que importa es que una empresa pública, en trance de liquidación y venta por una gestión cuando menos desafortunada, quiere desalojar un edificio que está prestando una importante utilidad a un buen número de vecinos de Oviedo con el pretexto de derribarlo y poner en venta el solar, como si el mercado inmobiliario estuviese para muchas alegrías.
Conviene recordar que, en primera instancia, la Justicia no apreció la urgencia del desalojo tanto por razones de interés sociales como por una cuestión meramente económica, no parecía que existiesen planes inmediatos que justificasen ninguna medida traumática. El Tribunal Superior de Justicia de Asturias, parece que con menos visión social y con más visión comercial (que santa Lucía les conserve la vista), parece que entiende que existe sí planes de la empresa que justifican la orden de desalojo.
Nuestra Logia quiere solidarizarse con el colectivo que gestiona el centro social y con todos los vecinos afectados con ese desalojo y presumible derribo por dos cuestiones, la primera y realmente importante, porque desde «La Madreña» se está llevando a cabo una importante labor social de la que se benefician un buen número de ciudadanos, los mismos ciudadanos que pagan sus impuestos y que por tanto algo deberían tener que decir sobre el destino de algo que, de alguno manera nos pertenece a todos; en segundo lugar por que «La Madreña», como ya quedó dicho, forma un poco parte de la historia de nuestra Logia a través de ese reconocimiento testimonial que venimos otorgando desde hace cinco años a diferentes colectivos, todos ellos destacados por una importante labor social en distintos ámbitos.
Nos atrevemos a pedir a los poderes públicos que reconsideren su decisión y que sopesen el beneficio que a toda la sociedad está reportando el Centro Social Ocupado Alterantivo «La Madreña» frente a esos hipotéticos, muy hipotéticos, diez millones de euros en los que dicen está valorado ese solar. Muchos millones para los tiempos que corren.