Quisiera pedir a mis Hermanas y Hermanos aprendices que se autoanalicen en este mismo instante. ¿Qué estáis haciendo justo ahora mientras estoy leyendo estas palabras? Si os encontráis mirando el reloj, pensando en cuestiones de la vida profana o viendome como si fuera transparente, deberíais preguntaros si estáis aprovechando vuestro tiempo aquí.

Si por el contrario os acabo de activar un pequeño resorte mediante el cual pasaréis automáticamente a analizar todo lo que vaya a decir con más atención, podéis estar seguros de que en este preciso momento estáis trabajando como aprendices.

Lo que sigue a continuación contiene una serie de claves que os ayudarán a comprender lo que a mi juicio deben hacer quienes ocupan un asiento en el norte.

¿Os habéis escuchado últimamente? ¿Cuánto ruido verdad? Aun estando en silencio, es increíble la batalla entre símbolos, conceptos y verdades que luchan por un sitio en el podio de nuestra mente. ¿Esto es masonería?, ¿y aquello otro?, ¿me veo capaz de entenderlo todo? ¿estaré haciendo lo correcto?

Y yo te digo Querida Hermana, Querido Hermano: Disipa las nieblas que no te permitan ver la luz con claridad, lo que estás buscando ha de ser la mejora y el pulido de tu piedra ahora bruta, que cincelazo a cincelazo se irá volviendo cada vez más cúbica y libre de asperezas.

Trabaja siempre la introspección y la reflexión, haciendo uso de los útiles y herramientas con los que te irás encontrando a medida que vayamos avanzando. Os aseguro Hermanas, Hermanos, que todos tienen un significado y una aplicación en tu vida profana.

Es tu deber buscar el verdadero sentido a tu trabajo, solo tú podrás saber quién eres, qué buscas, y qué estás haciendo para encontrarlo.

Practica la escucha activa, la observación continua de todo cuanto suceda a tu alrededor. Es posible que en ocasiones percibas soberbia en algunos de tus Hermanos y Hermanas y serás tú quien deba identificarla para así poder evitar estas actitudes, y darte cuenta de que tus maneras han de ser humildes y sencillas.

Debes estar por encima de toda vanidad, pues solo es sabio aquel que en silencio se retira sin alardear de su obra realizada. El masón ha de ser una persona comedida y recta en este sentido.

Notarás a veces entre tus Hermanas y Hermanos, discrepancias, es de buen masón ser consciente de que nadie es poseedor de la verdad absoluta ni muchísimo menos, por lo que libérate de pensamientos contradictorios, clasifica lo útil y desecha lo que no sea aprovechable para tu trabajo.

Entiende que no existe una Verdad con mayúscula a la que perseguir, si no que existen muchas pequeñas verdades con minúscula, y que todas, algunas más y otras menos, aportan luz y enriquecen nuestro conocimiento de alguna u otra manera. Cuestiónatelo todo, pero agarra con fuerza aquello que creas correcto según plantea el ideal masónico. Consulta tu constitución, lee tu memento, habla con tus hermanos, y sobre todo y lo más importante, ten ganas de aprender… ¿Qué significa mi edad masónica?, ¿Qué me quiere decir el cuadro de logia que veo ante mí en el suelo?, ¿Qué contiene?, ¿Por qué existe una marcha de aprendiz?, ¿Por qué he de estar en silencio? ¿Qué significa la piedra bruta? Y dado que no todos somos iguales en este sentido…¿Qué piedra soy y, pizarra, roca caliza, arenisca…? ¿Cómo me debo trabajar? ¿Cuál es mi lugar en logia? .

Como podrás comprobar, probablemente sea esta… la etapa de tu viaje en calidad de aprendiz, de las más importantes en las que te vas a encontrar, pues es la base de todo cuanto irás añadiendo conforme avances, así que Querida Hermana, Querido Hermano, aprovecha este tiempo, afina tus oídos, sella tus labios y presta mucha atención, pues acabas de emprender un viaje a un universo repleto de cosas maravillosas, que te harán ver. Que todo este silencio tiene un bello sentido. Hermanos y hermanas Aprendices.

A trabajar!

Edgar MM.·.